18 de agosto de 2010
TRIUNFO DE ANDRES LUIS DORADO EN AZUAGA
La corrida de toros celebrada en la bonita y antigua plaza de Azuaga, el domingo 15 de Agosto, con motivo de la Feria, tuvo buena acogida pues llenó la mitad de los tendidos en una tarde de altas temperaturas.
Se lidiaron 5 toros de la ganadería de Carlos Núñez, corrida desigual en peso y hechuras, que tuvo también desigualdad en cuanto al juego, noble y con buen tranco los lidiados a pie en primero y cuarto lugar, pero durando muy el poco este último. los dos restantes mansurronearon sin clase. El de rejones quedó inédito, igual que el rejoneador Andrés Montero, que descordó al animal en el primer rejón de castigo, por lo que la corrida se redujo al mano a mano entre Martín Pareja Obregón y Andrés Luis Dorado.
Animoso y queriendo, estuvo Martín en su primero, un toro noble y con recorrido que duró muy poco. Algunos lances bien compuestos del sevillano, quien después, con la muleta, lo intentó y logró sacar algunos muletazos de buen aire. Pero con la espada fue un desastre y escuchó la primera de las dos broncas que se llevó a su esportón porque en su segundo, un toro que se paró muy pronto, Martín no quiso saber nada de él y lo mató como Dios le dió a entender.
El triunfador de la tarde fue el Cordobés Andrés Luis Dorado, quien desde que desplegó su capote mostró que iba a por el triunfo a carta cabal. Buena actuación en ambos con el capote, muy ovacionada con el público y luego dos faenas llenas de entrega, con calidad y temple, sobresaliendo en su primero el planteamiento sobre la mano derecha, con muletazos hondos, con templanza y clase. Entró a matar y cobró una estocada tras pinchar una ocasión, recibiendo un puntazo en el maxilar derecho del que fue atendido en la enfermería con cuatro puntos de sutura. Dos orejas.
En el último de la tarde, Faena más intensa aún, con reposo, entendiendo perfectamente las distancias y el tiempo que habia que dar al toro y bordando el toreo sobre la mano izquierda, entre el clamor de los tendidos. Se adornó con torería y de nuevo, tras un pinchazo, cobró una gran estocada. Dos orejas y rabo y salida a hombros entre aclamaciones de Torero, Torero.
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