Hay días que no te los esperas y casualmente salen de aquella manera tan grande y bonita a su vez, el pasado sábado hacia la primera comunión Rafael Rodríguez Segado, este jovencito es hijo del gran fotógrafo y amigo Ladis, fanático de Real Madrid por encima de todas las cosas pero, tiene un problema, que no es taurino, su padre, sus tíos, su padrino, su madre, todos taurinos hasta los ojos y Rafael, como le llamaba el párroco cuando estaba en la iglesia de la virgen de los Dolores, que por cierto es preciosa, como decía Rafalito se ha decantado por un balón de futbol, mientras sus amigos en el banquete jugaban al toro, Rafalito era estrenar equipaciones que les regalaban sus familiares y amigos , en menos de tres horas creo que estrenó tres pero ojo, del Madrid o de España, Rafalito parecía un pez en el agua, sus padres Ladis y Ana estaban que no cogían en la ropa de ver a su hijo disfrutar, Ladis, nos conmovió a todos, su madre, la abuela paterna del niño, esa señora que se le ve con tan buen estado de salud, decía Ladís que, había dicho su madre que antes de morir le gustaría estar en el bautizo de su nieto, y estuvo ahora la comunión, afortunadamente también estuvo …. No podía estar una mujer más a gusto que ver a toda su familia allí unida, ¡que grande tiene que ser llegar a mayor y estar al lado de los tuyos!.
Después de un banquete extraordinario por cierto, al lado de grandes profesionales del tema taurino, mi amigo CHIQUILIN, y compañeros de la prensa, en un lugar emblemático, en un complejo de los amigos Sanz, con su piscina, su barrita y su plaza de toros situada allá por la sierra cordobesa, dos becerras que compró mi amigo extraordinarias, que gran día pasamos los componentes de este blog mi compañera Alicia y yo, no pasaban las horas, compadreo, colegueo y sobretodo una profunda amistad, todo se unió en un día grande, quizás pecó por mucho calor, pero, Ladis es muy grande amigos, al menos para nosotros, había que estar acompañándolo hasta el final y así lo hicimos, nos dieron las tantas de la noche, mientras Ladis contaba chistes para amenizar más si cabe la fiesta, yo, me bajé a la plaza e intentaba enseñar a los niños a jugar al toro, esos niños toreando al carretón y banderilleándolo, y porque el aire fresco nos recogió.
Gracias Ladis, gracias Ana en nombre también de Alicia por habernos hecho pasar un día grande, sois grandes, un beso y un abrazo, os queremos.
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