No se puede torear mejor

Desde un principio, la tarde se presajiaba bastante buena, no sabemos porqué pero algo nos decía que íbamos a disfrutar como crios en la arena.La tarde del 12 de octubre en Montoro será recordada para muchos años, un cartel en la que cerraba temporada Finito, y en la que se presentaban Enrique Ponce y el recien alternativado David Valiente, con toros de la prestigiosa ganadería cordobesa de Jaralta.
Ganado bastante potable para una plaza de tercera categoría y un cartel bastante atractivo, un primer toro de Ponce que nunca acabó de entregarse pero que el de chiva lo desfondó y le exprimió al máximo y por eso le cortó la primera oreja.
Tuvo que ser el segundo de la tarde de nombre "Moruco" al que Finito le interpretó una faena cara, muy cara, de las que te sales de la plaza y sales toreando. Muchos defectos le tapó Finito a este toro al cual lo cuajó de una manera espectacular. No se puede torear un toro mejor. Faena basada en los ayudaitos por bajo, en los cites de lejos y en los naturales de cartel. Es por tanto, una de las mejores faenas del Fino en mucho tiempo. Una gran estocada le valió las 2 orejas. Esto nos decía que podría suceder algo importante en cualquier momento, y pensamos bien.
El cuarto toro de la tarde, quizás el que más bajó con respecto a su hermanos de camada, hizo poner la plaza montoreña a hervir. Las manos y el dominio del sabio Ponce hicieron que "Aguadulce" fuera indultado en esta tarde tan agradable de temperatura y que ese animal se ganara la vida en esta plaza. Jamás en la vida, a mi edad, he visto una faena mejor a Enrique Ponce, serenidad, manejo, composición y templaza fueron sus ingredientes para conseguir el primer indulto de dicha plaza. A pesar del faenon del maestro, tambien vivimos alguna tensión y porque no, algun miedo en esta tarde. El miedo vino con el banderillero,Tomate de Jerez, que tras poner un par de banderillas el toro le persigio sin mirar ningun engaño y cogerle en el gluteo al saltar la barrera del callejón.

Todo esto hizo que Montoro se volviera loca, con lo cual, solo me queda por decir, enorabuena al empresario, al ganadero y como no por supuesto al torero.