17 de julio de 2008

La historia de Milagrito II

Juan Plata reditiendose.



-Papa, ¿¿que no yego??









- Mira mama que bonita está.






No cabe duda, que cuando ves cosas como estas, se nos enternece el alma por los cuatro costados.
Hace ya algún tiempo, allá por el mes de Abril, tuvimos la oportunidad de asistir a un tentadero. En él, tuvimos la suerte de conocer al maestro Espartaco y a Dávila Miura, esta era para mí una gran ilusión, porque ¿a quién no le gusta estar al lado de estos dos figurones del toreo? La sorpresa vino con Milagrito.
Recordarán ustedes, en páginas anteriores, que “Milagrito” es una becerra que, con apenas tres días, la dejo su madre, “guapa” de nombre, abandonada en mitad del campo. Si ojeáis paginas anteriores veréis que cosita más tierna.
Todo esto ocurrió en la dehesa “La Morantílla” propiedad del gran cirujano Don Eliseo Morán, que tuvo la honestidad de invitarnos a su casa para presenciar dicha tienta y enseñarnos a Milagrito.
Nos prometió que cuando llegara el día de herrarla nos avisaría, y así fue, cuatro meses más tarde de aquella visita nos llamó y como no, muy mal tendrían que venir las cosas para no poder asistir a esta labor campera tan maravillosa.
Aquí tienen a “Milagrito” cuatro meses después de aquella visita, momentos antes de ser herrada, con este que les escribe abrazándola como si de un hijo recién nacido se tratara, y otra imagen ya con su carnet de identidad colocado sobre la parte derecha de su costado, lleva el número 1 es la primera de su camada. Número que se lo señaló el pequeño Nicolás, nieto de Don Eliseo. Tras ser herrada, Nicolás le preguntó a su mamá si le habian echo daño al apretar con el hierro, a lo que Ana , su madre, le contestó que no, que eso no le dolia a ninguna becerra.
Ahora, “Milagrito” cambiará de vida, estaba en un cercado para ella sola, hasta que se ha podido defender. Ahora tendrá que hacerse amigas e intentar ser la mejor, porque recordemos, esta herrada con el numero 1, esperemos que dentro de dos años, cuando sea tentada supere las pruebas que le exige su ganadero, y sea la reina de la dehesa de Don Eliseo.
Una vez más, y no me cansaré de decirlo nunca, gracias a toda la familia Morán, en especial a Don Eliseo y a su yerno Pablo, por la amabilidad y la exquisitez con la que fuimos tratados. De nuevo muchas Don Eliseo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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